viernes, 25 de marzo de 2011

 Transformación social y educativa

Las reformas necesarias sin ciudadanos con un pensamiento distinto son imposibles.  La educación formal e informal tendrá un papel fundamental y una responsabilidad extrema en este nuevo siglo. Parece necesario y urgente religar los saberes y conocimientos separados si queremos enfrentar adecuadamente los problemas que bloquean el avance de la humanidad para construir una nueva civilización que tenga pertinencia con los problemas inéditos de esta época. Las diversas reformas fundamentales serán realizadas por quienes asuman (formador de formadores) una nueva mirada de la realidad. Un problema crucial de nuestro tiempo es el de la necesidad de hacer frente a todos los desafíos interdependientes que se nos presentan. La reforma del pensamiento permitiría el pleno empleo de la inteligencia para responder a estos desafíos y permitiría el vínculo de dos culturas disociadas. Se trata de una reforma no programática sino paradigmática, que concierne a nuestra aptitud  para organizar el conocimiento. Para pensar localmente hay que pensar globalmente, de la misma forma que, para pensar globalmente hay que saber, también, pensar localmente por lo que se considera imposible conocer  las partes sin conocer el todo y conocer el todo  sin conocer particularmente las partes. La condición humana no sólo proviene de las percepciones de las ciencias humanas ó de la reflexión filosófica. También surge de las ciencias naturales renovadas y agrupadas en los campos de la cosmología, las ciencias de la tierra y la ecología. En nuestro interior llevamos el mundo físico, químico, vivo y, al mismo tiempo,  estamos separados de ellos por   nuestro pensamiento, nuestra conciencia, nuestra cultura. De esta manera las ciencias naturales y sociales permiten situar la doble condición humana, natural y metanatural. El objeto de la educación no es darle al estudiante cada vez mayor cantidad de conocimiento sino constituir en él un estado interior y profundo, una especie de polaridad del alma que lo oriente en un sentido definido no sólo durante la infancia sino para la vida. Si las sociedades parecen incapaces de descifrar y resolver los problemas planetarios fundamentales (Medio Ambiente, Geopolítica, Derechos Humanos, etc.) es porque no existe un abordaje pertinente de la realidad, un mundo donde las interdependencias aumentan erosionando nuestros cuadros de pensamiento, nuestras instituciones y nuestros métodos de gestión. Entender y liderar reformas profundas en todos los campos, abordar procesos de transformación del pensamiento, ser dinamo de transformación positiva en la sociedad, comprender la naturaleza compleja de cualquier problemática, mayor capacidad para crear soluciones pertinentes y comprender la interacción de todas  las disciplinas y saberes son objetivos de cualquier reformista actual. La reforma de la enseñanza debe conducir a la reforma del pensamiento y viceversa.